La grasa parda es conocida por su capacidad de convertir la energía (calorías) de los alimentos en calor. En cambio, la grasa blanca almacena energía para su uso posterior, mientras que el músculo la pone inmediatamente a disposición para realizar el trabajo.
La producción de calor de la grasa parda ayuda al cuerpo a mantenerse caliente en temperaturas frías, y la exposición al frío puede aumentar las reservas de grasa parda.
Investigadores han propuesto que la activación de la grasa parda podría contribuir a los esfuerzos para perder peso al aumentar la quema de calorías.
Nuevas vías para acelerar la quema de calorías
Investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington en San Luis (Estados Unidos) han identificado una nueva forma en que la grasa parda -una forma de grasa que quema energía– puede acelerar el metabolismo del cuerpo, consumiendo energía celular y produciendo calor, lo que mejora la salud metabólica.
El estudio, publicado en ‘Nature’ realizado en ratones, revela nuevas vías para aprovechar la grasa parda en el tratamiento de enfermedades metabólicas, como la resistencia a la insulina y la obesidad.
«La vía que hemos identificado podría brindar oportunidades para enfocarse en el gasto energético de la ecuación de pérdida de peso, lo que podría facilitar que el cuerpo queme más energía al ayudar a la grasa parda a producir más calor», explica el autor principal, el doctor Irfan Lodhi, profesor de medicina en la División de Endocrinología.
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