Las mordeduras de serpientes en las zonas más vulnerables de México siguen siendo un reto para la salud pública.
Investigadores de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) desarrollaron un antídoto contra serpientes venenosas como cobras, mambas y rinkhals mediante biotecnología.
Es decir, es un antiveneno basado en nanocuerpos, diseñados y mejorados en el laboratorio a partir de anticuerpos de llamas y alpacas.
Los beneficios de esta nueva tecnología son que reducirá el daño tisular y la necrosis local, y podría ser más segura, eficaz y accesible que los métodos tradicionales.
Como los anticuerpos se producen en laboratorio, sin necesidad de animales inmunizados, la fabricación futura podrá llevarse a cabo sin el uso de animales escalable y con calidad uniforme, lo que también facilitaría productos más económicos.
