En unidades médicas y hospitales del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) el personal de salud identifica y atiende a mujeres con depresión posparto, ya que esta condición afecta la calidad de vida de la madre y su entorno familiar; puede presentarse desde el nacimiento del bebé y durante los tres primeros meses posteriores.
El doctor Francisco Paredes Cruz, coordinador de Programas Médicos de la Coordinación Salud Mental y Adicciones, detalló que entre los principales síntomas de las mujeres que presentan esta condición se encuentran la tristeza, el llanto fácil, la falta de energía, los problemas para dormir, la irritabilidad, la disminución del apetito y las dificultades para relacionarse con su familia.
En particular, puede observarse una incapacidad para disfrutar la compañía de su bebe, lo que en algunos casos lleva a evitar la lactancia materna o incluso a rechazar por completo la convivencia con él.
Añadió que, para considerarse un episodio depresivo, los síntomas deben persistir por más de dos semanas. “Con el paso de los días estos síntomas van incrementando y si no se brinda atención oportuna, en algunos casos se complican al grado de impedir el regreso al trabajo, generar conflictos frecuentes con la pareja, provocar ideas de autolesión o incluso, en los casos más graves, originar alteraciones en la percepción de la realidad.