Apuestan a que bacteria desintegre cubrebocas

Apuestan a que bacteria desintegre cubrebocas

Investigadores de la Escuela Superior de Ingeniería Textil (ESIT) y de la Unidad Profesional Interdisciplinaria de Biotecnología (UPIBI) del Instituto Politécnico Nacional (IPN) trabajan en laboratorios para lograr que una bacteria pueda disolver los cubrebocas, utensilios que ingresaron a nuestra cotidianidad a raíz de la pandemia por el COVID-19.

Hace cinco años, usar cubrebocas era una cuestión vital. En el mundo entero, el grueso de la población portaba esta capa protectora ante la amenaza del virus.

La pandemia inició oficialmente el 11 de marzo de 2020, y su fin se declaró por la Organización Mundial de la Salud (OMS) más de tres años después, lo que marcó una larga temporada en la que usábamos cubrebocas constantemente.

Su uso se volvió cotidiano: en el transporte público, en los centros de trabajo, y en las tiendas. En México, esa protección, por disposición de las autoridades, se usaba hasta en playas y balnearios.

Desechado

 

El infaltable cubrebocas era desechado unas horas después, como parte del proceso natural de protección. Surgió entonces un nuevo problema ambiental: eran de los productos desechables más utilizados.

La Organización de las Naciones Unidas (ONU) estimó en el primer año de pandemia que la venta de estas protecciones faciales se habría elevado en más de 200%. La Sociedad Estadounidense de Química expuso que cada mes serían usados unos 129 mil millones de cubrebocas en el mundo.

Ante esa cantidad creciente de desechos, si bien surgieron diversas alertas por la contaminación ambiental que se generaría, nunca se supo de algún método ecológico para abatir el problema.

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