Durante décadas, la diabetes tipo 2 ha sido considerada una enfermedad crónica sin posibilidad de cura. Sin embargo, los avances en genética y biología molecular.
Dos recientes investigaciones —una del centro City of Hope en Los Ángeles y otra de la Universidad de Cambridge— han identificado mecanismos celulares que podrían explicar por qué el páncreas deja de producir insulina y cómo revertir ese proceso.
El hallazgo del gen SMOC1 podría marcar el inicio de una nueva era en el tratamiento de la diabetes tipo 2.
Una enfermedad en crecimiento silencioso
La diabetes tipo 2 representa casi el 90 % de los 643 millones de casos de diabetes registrados en el mundo, según la Federación Internacional de Diabetes.
En los últimos 25 años, los diagnósticos se han triplicado, afectando cada vez más a niños y adultos jóvenes.
Además, cerca de 250 millones de personas desconocen que padecen la enfermedad, lo que eleva su incidencia a casi una de cada diez personas en el planeta.
El agotamiento de las células beta pancreáticas
En las primeras fases de la enfermedad, el cuerpo se vuelve resistente a la insulina, lo que obliga al páncreas a producir más hormona para mantener estables los niveles de glucosa.