El futuro de la medicina que podría vencer al tiempo

El futuro de la medicina que podría vencer al tiempo

La criopreservación, una técnica que parecía ciencia ficción hace apenas unas décadas, se ha convertido en una herramienta crucial en campos como la medicina, la fertilidad, la investigación genética y, en un horizonte más ambicioso, la vida humana a largo plazo.

Este proceso, que consiste en conservar células, tejidos e incluso organismos completos a temperaturas extremadamente bajas, despierta hoy un creciente interés tanto científico como ético.

¿Qué es la criopreservación?

La criopreservación es un proceso biotecnológico mediante el cual células, tejidos u órganos son enfriados a temperaturas cercanas a los -196 °C (la temperatura del nitrógeno líquido) para detener toda actividad biológica y metabólica. A esa temperatura, las reacciones químicas que causan el deterioro celular se ralentizan o se detienen por completo, permitiendo una conservación indefinida, al menos en teoría.

Usos actuales de la criopreservación

Medicina reproductiva: Quizá el uso más conocido es la congelación de óvulos, espermatozoides y embriones. Esto permite a personas con problemas de fertilidad o que van a someterse a tratamientos como la quimioterapia preservar su capacidad reproductiva.
Trasplantes y bancos de tejidos: Se criopreservan órganos, córneas, piel y otros tejidos humanos con fines de trasplante o investigación. Aunque la criopreservación de órganos completos aún enfrenta importantes retos, ya existen avances prometedores.
Biobancos y genética: Muestras de ADN, células madre y tejidos tumorales se conservan para estudios genéticos, medicina personalizada o terapias futuras.
Veterinaria y conservación de especies: Se utiliza para preservar material genético de animales en peligro de extinción, facilitando la reproducción asistida y la diversidad genética.

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