En los últimos años, el cannabis medicinal ha ganado espacio en la conversación pública y en la práctica médica, también entre quienes padecen diabetes.
Sin embargo, la distancia entre la percepción popular y lo que la ciencia ha demostrado sigue siendo amplia. A pesar del entusiasmo mediático, los expertos coinciden: el cannabis no cura ni controla la diabetes, aunque puede ofrecer alivio parcial en algunos síntomas asociados.
Países como Uruguay o Italia regulan desde hace años el uso medicinal del cannabis, mientras otros —como España— recién comienzan a hacerlo. En este último, un Real Decreto aprobado recientemente permitirá prescribirlo solo en hospitales y bajo control médico especializado.
En México, su uso con fines medicinales es legal desde 2021, pero restringido a productos con registro sanitario y receta médica. No está autorizado para tratar la diabetes de forma rutinaria, y gran parte de los aceites o suplementos disponibles se comercializan sin garantías de calidad ni supervisión estricta.
Esta falta de regulación homogénea complica la investigación y alimenta un mercado lleno de promesas difíciles de comprobar.
El Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Oaxaca envió dos brigadas al estado de…
El Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE), a cargo…
El secretario de Salud, David Kershenobich, durante la Conferencia del Pueblo, destacó los avances de…
La contaminación por plásticos ha traspasado una nueva frontera, una que hasta ahora se creía…
El uso de la inteligencia artificial para innovar en los procesos médicos y quirúrgicos fue…
Un trío de investigadores de la Universidad de Oxford ha descubierto que la miel es…