Hay buenas y malas noticias sobre salud el coronavirus.
Primero, hay razones para el optimismo. El virus atacó hace sólo cuatro meses, pero ya conocemos sus características genéticas. A los científicos les llevó años llegar tan lejos con el VIH. Los medicamentos antivirales están en desarrollo, y una vacuna podría estar disponible dentro de 18 meses. El ritmo del progreso científico es impresionante.
- También lo es el ingenio humano. La Fundación Bill y Melinda Gates pronto ofrecerá kits de pruebas de coronavirus para el hogar, comenzando en la zona más afectada de Seattle.
- Cualquiera que esté preocupado puede rellenar un cuestionario en línea, recibir un kit de hisopado nasal por correo, usarlo y enviarlo al laboratorio. Los resultados positivos serán compartidos con los funcionarios de salud pública, que ayudarán a las personas infectadas a recibir atención médica y autocuarentena. Eso es un progreso.
- Mientras tanto, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades anunciaron el lunes que en Corea, nadie menor de 30 años ha muerto de un coronavirus. En Japón, nadie menor de 50 años. Nuestros niños parecen estar a salvo. Eso es una bendición.
Pero hay serias preocupaciones. Los médicos de la Universidad Johns Hopkins advierten que los hospitales podrían convertirse en «amplificadores de enfermedades». Si no tienes el coronavirus antes de entrar al hospital, el riesgo es que lo contraigas mientras estés allí.
El CDC está advirtiendo que el brote sólo está empezando, y «hay una buena posibilidad de que muchos se enfermen».
- Nadie sabe cuántos necesitarán atención hospitalaria. Pero los hospitales de Nueva York y de todo el país esperan estar abrumados. El impacto será «severo en el mejor de los casos», advierte el informe de Johns Hopkins.
Para hacer sitio a los infectados, los hospitales ya están ideando estrategias de emergencia que incluyen dar de alta a otros pacientes antes de lo habitual, convertir habitaciones individuales en dobles, crear instalaciones improvisadas de aislamiento, comprar moteles cercanos e incluso erigir salas temporales en los aparcamientos.
- Los cirujanos están alertando a los pacientes de que los procedimientos electivos pueden tener que ser cancelados.
- Los hospitales tendrán escasez de espacio y equipo, y lo peor de todo, escasez de personal. El coronavirus ya está infectando a algunos trabajadores de la salud, y forzando a otros a la autocuarentena porque han estado expuestos.
La semana pasada, el Congreso promulgó un enorme proyecto de ley de emergencia de 8.300 millones de dólares sobre el coronavirus. Está lleno de regalos a grupos internacionales y proyectos en el extranjero, incluyendo dinero para que el CDC compre «vehículos oficiales en países extranjeros». La agencia debería llamarse el Centro de Desembolso de Dinero en el Mundo.
Pagar para luchar contra las enfermedades en el extranjero es inteligente, pero la cuenta se pasa de la raya. Los burócratas que dirigen las agencias federales de salud deben ajustar sus prejuicios globalistas y centrarse en proteger a los estadounidenses.
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El proyecto de ley ignora una de las necesidades más urgentes: una agresiva campaña de control de infecciones para preparar al personal del hospital. Eso es un descuido serio. El incidente de la semana pasada en el Hospital Episcopal de St. John en Far Rockaway, Queens, muestra por qué.
El 3 de marzo, un conductor de Uber entró en la sala de emergencias del St. John’s sin saberlo, infectado. Se quejó de síntomas parecidos a los de la gripe, pero el personal lo envió a casa. Volvió más enfermo unas horas después. Para el momento en que fue puesto en aislamiento, hasta 40 doctores, enfermeras y otros empleados del hospital tuvieron contacto con él y ahora están siendo monitoreados. Peor aún, el incidente expuso al virus a numerosos pacientes y visitantes del hospital.
Es de esperar que este error se repita en toda la ciudad y la nación, infectando innecesariamente a los pacientes y al personal del hospital.
Los trabajadores sanitarios estadounidenses necesitan una formación adicional sobre cómo reconocer a los pacientes con riesgo de infección y aislarlos rápidamente. Necesitan ponerse al día en la limpieza de sus manos, usar equipo de protección y asegurarse de que el equipo médico, como las sillas de ruedas y los manguitos para medir la presión sanguínea, se desinfecten entre cada uso.
- Por otro lado, la investigación anunciada el lunes explica por qué el coronavirus es tan amenazante. Las personas infectadas con él derraman 1.000 veces más virus que las personas infectadas con el SARS, un virus global anterior.
- La eliminación del virus en la saliva, el esputo y otros fluidos corporales es lo que hace que la gente sea contagiosa. El SARS sólo infectó a 8.000 personas antes de desaparecer, mientras que el nuevo coronavirus ya ha infectado a 110.000 personas en todo el mundo y sigue propagándose.
Afortunadamente, los científicos nos están armando con el conocimiento para combatir este contagio.