Se estima que, a nivel nacional entre 1990 y 2017, la incidencia de los casos de cáncer se incrementó 2.5 veces, al pasar de 150 mil a 376 mil en todos los tipos de neoplasias.
A pesar de ese aumento, la adecuada y oportuna atención provocó la disminución de 16 por ciento en la tasa de mortalidad en ese mismo periodo.
Sin embargo, la comunidad científica mantiene el interés en el estudio y desarrollo de alternativas que ayuden a controlar, prevenir y diagnosticar este tipo de enfermedades. Ejemplo de ello son los esfuerzos que se realizan en el Cinvestav a fin de identificar nuevos compuestos útiles en el tratamiento del cáncer.
Muchos de esos estudios han empleado productos naturales como base, tal es el caso de la identificación de una molécula conocida como resveratrol, extraída de frutos rojos (uvas y moras) que facilita la asimilación de las quimioterapias e incrementa la tasa de éxito de estos tratamientos.
Compuesto natural
En específico, este compuesto natural inhibe la propagación de células cancerosas y contribuye a eliminar la resistencia que se genera a fármacos como el cisplatino, utilizado en el tratamiento de varios tipos de cáncer.
Por su parte, al ser rico en vitaminas, minerales, provitaminas, compuestos fenólicos y capsaicinoides, el chile ha sido parte importante en investigaciones de terapias anticancerígenas (por sus propiedades que promueven la apoptosis en células dañadas), así como en tratamientos contra enfermedades de origen viral.
También productos empleados en la medicina tradicional han tomado nuevos bríos gracias a las investigaciones científicas, como ocurre con el cuachalalate, del cual se analiza su compuesto llamado ácido anacárdico, que es promotor de la muerte programada de células tumorales, sin representar un riesgo para el resto de las células, en específico las del sistema inmune.
