Los niños no se enferman con COVID-19 con tanta frecuencia como los adultos, pero parecen propagar el coronavirus fácilmente. Los expertos evalúan los riesgos dentro y fuera de la escuela.
A medida que los estudiantes comienzan a regresar a la escuela los adultos están legítimamente preocupados por el riesgo de COVID-19 que esto puede representar, tanto para los niños como para la comunidad en general.
Aunque nuestro conocimiento sobre el nuevo coronavirus sigue evolucionando, la información disponible muestra que los niños tienen menos probabilidades que los adultos de desarrollar COVID-19 y menos probabilidades de enfermarse gravemente cuando se infectan, siendo a nivel mundial que los niños representaban alrededor del 9.1 por ciento de todos los casos de COVID-19 en los estados que informaron casos por edad.
Ese número parece ir en aumento, pues casi 100,000 niños dieron positivo por COVID-19 en las últimas dos semanas de julio, un aumento del 40 por ciento en todos los casos infantiles. Durante el mes de julio, en los Estados Unidos casi una de cada tres pruebas de coronavirus en niños resultó positiva
Los niños con COVID-19 tienden a desarrollar síntomas leves parecidos a los de un resfriado, como fiebre, secreción nasal, tos, fatiga, dolores musculares, vómitos y diarrea; muchos no presentan ningún síntoma.
Si bien el COVID-19 severo entre los niños es muy poco común, algunos niños infectados pueden enfermarse gravemente e incluso morir con casos confirmados de una enfermedad potencialmente mortal asociada con COVID-19 llamada síndrome inflamatorio multisistémico en niños. Más del 70 por ciento de estos casos involucraron a niños hispanos o latinos o negros no hispanos.
Además de la fiebre, los niños pueden experimentar dolor abdominal (intestinal), vómitos, diarrea, dolor de cuello, sarpullido, ojos inyectados en sangre o fatiga extrema.
Es posible que los receptores de sus células no acepten tan fácilmente la infección viral de este nuevo virus en particular, pues también existe la hipótesis de que los niños pueden ser menos susceptibles porque tienen cierta protección celular innata contra el coronavirus relacionada con la infección más reciente y más frecuente con el virus del resfriado normal.
Por ahora, estas siguen siendo teorías y se necesitan más estudios.