La oficina doctrinal del Vaticano publicó el documento de 17 páginas que se llama “El buen samaritano”. Allí reafirma las prohibiciones de la Iglesia católica sobre la eutanasia y el suicidio asistido.
Para el Vaticano la eutanasia y el suicidio asistido es un «acto de homicidio» que nunca podrá justificarse.
La eutanasia es un “crimen contra la vida humana” y un “acto intrínsecamente maligno en toda situación y circunstancia”, dice el documento.
El Vaticano dice que los que aprueban leyes a favor de la eutanasia y el suicidio asistido son “cómplices de un pecado grave que otros ejecutarán”.
La eutanasia implica que un médico administre un fármaco para acabar con la vida de un paciente que está sufriendo. Por otro lado, el suicidio asistido le permite al paciente administrar su propio fármaco letal, generalmente con la supervisión de un médico.